En los últimos tiempos, el papel del docente se ha visto desacreditado y ha perdido protagonismo, y, sobre todo, autoridad. Antes, el profesorado contaba con el respeto de los alumnos y el reconocimiento por parte de las familias, lo cual favorecía el desarrollo de su profesión. Actualmente, la figura del docente está sometida a la continua falta de respeto por parte del alumnado y al enfrentamiento constante con las familias.

El docente ha pasado de poseer la máxima autoridad y gozar de un gran reconocimiento social, a la pérdida de autoridad y al descrédito total.

Alrededor de un 40% de los docentes, según varios estudios realizados en los últimos meses, incluyendo el realizado por la propia USO, padecen estrés, síndrome de Burnout, depresión… Este porcentaje, con penosas situaciones que tanto afectan a la vida laboral y personal de los docentes (incluyendo agresiones físicas), aumenta constantemente.

Desde el Gabinete de Salud Mental de los Docentes de la Federación de Enseñanza de USO, en nuestras visitas a los centros y en las asiduas conversaciones con numerosos trabajadores, hemos constatado de manera preocupante que el incremento de casos relacionados directa o indirectamente con la salud mental pone de manifiesto la compleja y ardua tarea que supone ser docente hoy día. Sin lugar a duda, consideramos desde USO que la docencia es cada vez más una profesión de riesgo.

Por este motivo, ante la noticia que ha saltado estos días a los medios de comunicación sobre la preparación de una lista de profesiones que tendrán un trato especial en cuanto a la jubilación, pudiendo anticiparla, desde la Federación de Enseñanza de USO queremos manifestar lo siguiente:

  • El Ministerio de incluir a la docencia entre la lista de ocupaciones que requieren un especial esfuerzo físico o psíquico. La docencia es también uno de los trabajos donde se acumulan más bajas laborales.
  • De todos es sabido que impartir clases hasta los 67 años pone en peligro la salud de los docentes, que tienen que padecer unas críticas circunstancias ambientales y laborales.
  • La docencia es por consiguiente también una profesión de riesgo.

 

Desde USO ponemos sobre la mesa esta justa petición: debe incorporarse el sector docente de todos los sectores educativos y de todas las escuelas (públicas, concertadas y privadas), en la lista de profesiones que requieran un trato diferenciado. De no hacerlo, se estaría cometiendo una flagrante injusticia con este colectivo.

Desde la Federación de Enseñanza de USO seguiremos trabajando por el bien de los trabajadores de la enseñanza, para conseguir unas condiciones laborales y psicológicas más justas y saludables y para que la docencia forme parte de esta lista de profesiones de riesgo, una urgente necesidad en el mundo de la enseñanza.